sábado, 5 de mayo de 2018

Hago lo que se me da la gana

Hace un rato se desató una tormenta grande en todo Bosque Rebelde.
Y como llovía y llovía, me dio miedo que tanta agua me inunde, entonces me quedé adentro del castillo.
Me puse a practicar danza que, por cierto, hacía como siete años, tres meses y doce días que no practicaba. Igual, nadie lo notó...
Bueno, no había nadie a mi alrededor.


El hecho es que me acordé que cuando yo vivía en una ciudad de Terrralandia, una vez escuché a dos personas que dialogaban, y una le dijo a la otra:

¨-Siempre perdés el tiempo... porque hacés lo que se te da la gana¨

Fue un diálogo raro, bueno, al menos, no lo entendí del todo. Me daba la sensación de que hacer lo que a uno le da la gana era casi igual a pensar que uno es egoísta, maleducado, intolerante, y muchas otras cosas malas a la vez, todas juntas, o separadas, no sé bien.

Una y otra vez daba vueltas en mi cabeza esa expresión... Y pensé: ¿Acaso no es bueno hacer lo que a uno le gusta durante todo el día o al menos durante varias horas?
¿Será que lo que a la gente le gusta va en contra de su propio bien o el de los demás?
¿Tan mal elige la gente que si hace lo que le gusta ¨pierde el tiempo¨?

Más bien me parece a mí que la costumbre hizo que se desvalorizaran las acciones que libremente elige la gente... O la gente elige libremente hacer acciones que se desvalorizan de por sí. No sé. Ya me perdí.

Casi segura estoy de que la tarea que vinimos a concretar aquí, debiera ser fácil, debiera darnos paz y a la vez debiéramos sentir que es disfrutable. Si por el contrario, lo que hacemos es una tortura diaria que nos provoca estrés, desequilibrio, enojo, tristeza, agobio, y encima es una rutina mecánica en la que no nos detenemos a pensar ni para qué la hacemos, pues ahí sí estaremos perdiendo el tiempo...

A mí me parece que algunas personas se acostumbraron a creer que si hacen cosas que detestan, durante todos los días y en forma mecánica, eso ¨es productivo¨, pues ¨no pierden el tiempo...¨ (aunque lo que hagan sea inútil para el crecimiento de sus Almas y pierdan el tiempo durante miles de vidas sin saber quiénes son y para qué vinieron aquí...)

De aquí en más, cada día, cada hora y cada segundo que piense o haga una tarea, me preguntaré: ¿Para qué sirve?
Si no hallo ninguna respuesta, obviamente deberé buscarla por cielo y tierra, sin parar.
Si al cabo de setenta y siete días y dieciocho horas no encuentro la respuesta acerca de para qué sirve esa tarea, dejaré de hacerla para siempre (salvo que aparezca de repente una utilidad posible, claro)

Así que, a partir de ahora, he decidido hacer lo que se me da la gana. (Y que nadie vaya a creer que estoy perdiendo el tiempo...)






1 comentario:

  1. Me encanta la forma desenfadada de explicar los temas complejos de "Terralandia".

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